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Pozu Nicolasa

“Hay una luz en Asturias, que alumbra a España entera. Y es que allí se ha levantado toda la cuenca minera” rezaba la canción de Chicho Sánchez Ferlosio popularizada a través de las ondas de radio de la Pirenaica. La chispa que prendió esa lumbre se produjo el 7 de abril de 1962: una reacción en cadena a partir de una sanción aplicada a siete picadores del pozo Nicolasa acabará por convertirse en la mayor oleada huelguística de la dictadura franquista. Día tras día, la respuesta obrera no dejará de crecer, conduciendo a la huelga primero a los compañeros del propio pozo y de otros próximos para alcanzar seguidamente al conjunto de la empresa, incluida su factoría siderúrgica, y a otras vecinas hasta afectar a toda la cuenca del Caudal y saltar seguidamente a la del Nalón, La Camocha y, al cabo, también a otras minas más alejadas, así como al grueso de la industria gijonesa. Más de 40.000 mineros asturianos, varios miles de siderúrgicos y unos 15.000 trabajadores gijoneses de diversos sectores acaban tomando parte, en desigual medida, en los paros, que tanto en las cuencas mineras como en Gijón adquieren el carácter de huelga general. Pero la onda expansiva no se detiene, sin embargo, en Asturias, afectando a la práctica totalidad de las cuencas mineras del resto de España, a la industria vizcaína y guipuzcoana y a numerosas empresas más dispersas en otras muchas provincias hasta totalizar en torno a 300.000 huelguistas a lo largo del mes de mayo. Los ecos y las repercusiones de aquel conflicto, que desafiaba a un régimen que seguía tipificando la huelga como un delito de rebelión militar, alcanzan incluso una dimensión internacional y refuerzan la imagen de Asturias como bastión de la lucha obrera y referente obligado de la oposición antifranquista.

Años más tarde, en el último día de agosto de 1995, una tragedia volverá a situar a Nicolasa como escenario de una honda conmoción. Si en el 62 había sido la lucha obrera la que había vuelto las miradas hacia este pozo, en el 95 será una explosión de grisú que se lleva las vidas de catorce mineros, en lo que supone el mayor de los accidentes sufridos por la minería asturiana desde el acaecido en 1949 en María Luisa. 

Referente del movimiento obrero y de la dureza del trabajo de la mina, el pozu Nicolasa se ha convertido, desde el cierre en 2018 de las últimas explotaciones  que permanecían activas, en la última mina de carbón abierta en Asturias, como solitario vestigio de dos siglos de minería.

Texto: Rubén Vega.

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Mina de la Nicolasa
a la vera de la Mieres del Camino
arriba de la estación de Ablania.
seiscientos hombres ya sólo
comienzan a [rom]per piedra a España
¡Van tres veces que se tiran 
las pedradas!
ella sola y pequeñita
negra vena y verde alma
por la libertad de Asturias
por la libertad de España
se levantan cuando pueden, no se agachan
se levantan cuando quieren, se levantan.

Pedro Garfias (1962). Poema Inédito. Transcripción del manuscrito original cortesía de Mª Josefa Sanz Fuentes.

Foto de cabecera: Accidente minero en el pozo Nicolasa. Ablaña, Mieres (Asturias). Archivo Histórico Minero, Eduardo Urdangaray, 1995.