Acero corten para evocar el pasado y acero inoxidable para crear espejos que reflejen el presente. La torre de la memoria de Francisco Fresno se erige sobre el parque del barrio de Moreda. El nombre del barrio y la escultura de Fresno son los únicos testigos que dan cuenta de una memoria borrada de cuajo: la de la vieja Fábrica de Moreda, que durante más de un siglo fue pieza clave de la industria gijonesa y de la que, tras el cierre –fruto de la reconversión siderúrgica de los 80- no quedaron ni vestigios. Cuando la escultura fue colocada en su emplazamiento, en el subsuelo afloraron los cimientos de la vieja fábrica, sobre los que fue asentada.
Fotografía de Rubén Vega, 2019.